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miércoles, 21 de abril de 2021

EL ARTE DIALOGA CON LA JUSTICIA, (HISTORIA DE UN ÍCONO DE LA JUSTICIA), por Catalina Pantuso

 


Por Catalina Pantuso



Estatua de la justicia del Palacio de Justicia de la Nación

No es una mera casualidad que a la escultura que simboliza a la justicia, emplazada en la entrada del Palacio de Justicia de la Nación, primero los estudiantes de abogacía de la UBA y hoy muchos profesionales, la llamen “La sonámbula”.

La obra de arte, concebida en un tiempo y lugar que le otorga sentido, tiene una finalidad estética y también comunicativa ya que expresa la trama de poder de la sociedad. Desde esta perspectiva es muy interesante ver el momento histórico en el que se colocó a La Dama de la Justicia en el sitio más emblemático del poder judicial y analizar qué dice el arte argentino sobre las representaciones que simbolizan el valor de la justicia.

La actual crisis del Poder Judicial es más que evidente; se arrastra desde hace ya varios años y su valoración negativa aumenta cada día. Se escuchan diferentes opiniones, a veces casi antagónicas, sobre las necesarias transformaciones y el destino de sus estructuras, pero no se ve ningún proyecto ampliamente consensuado para sacar de su letargo a uno de los tres poderes del Estado.

Para comprender la mala imagen expresada por opinión pública es oportuno ver cómo se representa a la justicia en la tradición occidental y hacer una comparación con las dos esculturas más emblemáticas que la simbolizan en nuestro país: la obra de Lola Mora que desde el primero de marzo de 2014 volvió a estar ubicada al frente del Congreso Nacional, y la obra de Rogelio Yrurtiaemplazada en el hall central del Palacio de Tribunales de la Capital Federal a mediados de noviembre de 1959.

Desde el mito egipcio y las diosas grecorromanas hasta la modernidad

El hombre es un animal simbólico por lo tanto es relevante echar una mirada fugaz sobre las representaciones de la justicia a través de la historia. Citando a Aristóteles se puede afirmar “que no se piensa sin imágenes”. Los símbolos se refieren sólo veladamente a la realidad física y, sin embargo, apuntan directamente a una realidad mental, pensada, imaginada, hecha de significados y de sentidos. Los antiguos mitos y sus representaciones simbólicas siguen operando en el inconsciente colectivo más allá del tiempo y del espacio en el que fueron creados; sus transformaciones van mostrando el avance o la decadencia de una civilización. Esta es una de las razones por las cuales es relevante conocer algunas figuras mitológicas que aluden al valor de la justicia.

En la mitología egipcia la diosa Maat, hija de Ra, simbolizaba la verdad, la justicia y la armonía cósmica, y estaba considerada como patrona de los jueces. Se la representaba como una mujer de pie o sentada sobre sus talones. En una de sus manos llevaba el cetro “uas”—una vara recta símbolo del poder, la fuerza y el dominio— y en la otra el “anj”, un jeroglífico egipcio que significaba “vida”. Sobre la cabeza, instalada de forma vertical y en perfecto equilibrio, portaba una gran pluma de avestruz que aludía al poder de la levedad y ligereza de lo espiritual sobre la solidez del orden material de las cosas. Esta diosa guiaba las decisiones religiosas y morales del faraón que impartía la justicia entre los vivos, mientras que su pluma se empleaba para pesar con la balanza el corazón de los muertos. Durante el juicio final, en el Tribunal de Osiris —creador de la agricultura y la religión que también era el juez soberano y supremo de las leyes— la pluma de Maat presidía el fiel de la balanza junto al cinocéfalo, representación de Thot, el dios de la sabiduría.

En la mitología griega la diosa de la justicia y la equidad era Temis, hija de Urano dios del cielo y de Gea diosa de la tierra. Es la encarnación del orden divino, las leyes y las costumbres. Ella rige la correcta relación entre el hombre y la mujer —base de la familia legítima y ordenada—; representa ley de la naturaleza mas que la autoridad humana. Se suele personificar con una balanza sostenida con fuerza y en lo alto, mientras se apoya sobre una espada que no está en posición de ataque. Temis, la del ‘buen consejo’, también era pitonisa y fue quien construyó el Oráculo de Delfos. No era vengativa, cuando se violaban las leyes era la colérica Némesis quien hacía uso de la espada y aplicaba el castigo justo.

Cuando Roma conquistó Grecia, la cultura helénica se fundió con las tradiciones romanas y los dioses del Olimpo tomaron nuevos nombres en el Imperio Romano. Temis se convirtió en Iustitia (Justicia). Se la presentaba como una mujer impasible sentada sobre un león para señalar que la justicia debe estar acompañada de la fuerza. Tenía los mismos atributos de Temis, pero ahora la balanza estaba sostenida a la misma altura que la espada de Némesis (la venganza) y se empuñaba en forma amenazante. Las primeras monedas romanas representan a Iustitia de este modo y con los ojos abiertos. Esta representación puede apreciarse en Palacio Apostólico (Ciudad del Vaticano). Fueron decoradas con frescos del pintor renacentista italiano Rafael (1483-1520).

A fines del siglo XV la justicia comenzó a ser representada con una mujer que conserva los símbolos de la balanza y la espada, pero que también tiene los ojos vendados, ya que “La justicia no mira a las personas, sino los hechos”.La objetividad debe ser impuesta “sin miedo ni favoritismos, independientemente de la identidad, el dinero, el poder o debilidad”. Iustitia comenzó a presentarse como “ciega” en la estatua de Hans Giengen de 1543 en el Gerechtigkeitsbrunnen (Fuente de la Justicia) en Berna.

Esta pequeña síntesis muestra que la cosmovisión de la justicia del antiguo Egipto es similar a la noción de armonía yexcelencia —areté en el mundo helénico— y a la idea de virtud del mundo judeocristiano, que se proyecta hasta la modernidad. Actualmente se encuentran estatuas de la justicia en distintas posiciones, algunas están sentadas y otras firmes; siempre tienen dos símbolos de sus atributos: la balanza colocada en diferentes alturas; la espada sostenida de un modo más o menos amenazante, sin embargo no siempre tienen los ojos vendados. Cada escultura simboliza, de un modo particular, las actitudes que tiene la sociedad frente a la violación de las leyes, impuestas por cada tradición cultural.

La estatua de la Justicia de Lola Mora

La representación alegórica a la justicia realizada por Lola Mora (Dolores Mora Vega) fue exhibida por primera vez el 12 de mayo de 1906, cuando el presidente de la Nación, José Figueroa Alcorta, inauguró el Palacio Legislativo. La gran artista comenzó su trabajo en 1905 primero en Italia y luego en un sector del Congreso que, durante algunos meses, convirtió en su taller y vivienda. En la explanada del Congreso de la Nación se colocaron los dos conjuntos escultóricos que representaban las responsabilidades de legislar de los representantes del pueblo y las provincias argentinas: uno simbolizaba a la libertad y el comercio, y el otro al trabajo, la paz y la justicia.

Las esculturas realizadas para el Congreso fueron muy criticadas por la audacia de sus figuras y se las consideró como parte de una trama corrupta de sobreprecios durante la construcción del edificio (1905 y 1913) y dos años después fueron removidas y guardadas en depósitos municipales. En 1916 se las trasladó a Jujuy donde, hasta la actualidad, se encuentran dispuestas tal como su autora lo había planeado: en los jardines que circundan la Casa de Gobierno; posteriormente fueron declaradas “Patrimonio Cultural de la Provincia”.

El primero de marzo de 2014, con motivo de celebrarse los 30 años de recuperación de la democracia, las réplicas de las esculturas de Lola Mora fueron reinstaladas en la explanada del Congreso Nacional.

No cabe duda de que la escultura dedicada a La Justicia por Lola Mora —inspirada en las escuelas neoclasicista y romántica italianas— es una de las mejores obras de la extraordinaria artista argentina y representa genuinamente el espíritu de la Generación del ’80 que sostuvo un republicanismo oligárquico y una democracia tutelada mediante el “voto cantado. Al igual que la Iustitia romana está simbolizada por una figura femenina sentada y con los ojos abiertos. Empuña la fuerza de la espada —los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado— con la mano derecha apoyada con firmeza sobre su muslo y en la mano izquierda sostiene suavemente la balanza —la igualdad para el tratamiento de todos— que está ubicada bastante más abajo, sobre la falda.

La igualdad ante la Ley era un valor secundario en tiempos de la celebración del “Centenario de la Revolución de Mayo”; se mostró al mundo todo el esplendor de una “Argentina Universal” mientras se ocultó, sigilosamente, la profunda desigualdad entre los sectores sociales y las regiones. Sin embargo, aquello que disimulaba la escultura ya lo había denunciado explícitamente la literatura. La disparidad de criterios ante la ley estaba muy bien relatada en el Martín Fierro, el poema de José Hernández. Más específicamente en La vuelta de Martín Fierro (1879) cuando El viejo Viscacha recomendaba: “Hacete amigo del Juez/ No le dés de que quejarse;/ Y cuando quiera enojarse/ Vos te debes encojer,/ Pues siempre es gŭeno tener/ Palenque ande ir á rascarse./ Nunca le llevés la contra/ Porque él manda la gavilla/ —Alli şentao en su silla/ Ningun güey le sale bravo—/ A uno le dá con el clavo/ Y á otro con la cantramilla”.

La Dama de la Justicia de Rogelio Yrurtia

La primera parte del Palacio de Justicia de la Nación fue inaugurado por el presidente José Figueroa Alcorta, en el marco del Centenario de la Revolución de Mayo. Proyectado por el arquitecto francés Norbert Maillart (1889) y aprobado durante la segunda presidencia de Julio A. Roca, comenzó a construirse en 1905. Este edificio de siete pisos fue inspirado en el palacio de justicia de París; tiene un estilo ecléctico que muestra influencias griegas y romanas; coronan la construcción las llamadas “Guardianas de la Justicia”, cuatro estatuas de mujeres de pie, vestidas con largas túnicas que tienen las manos apoyadas en sus espadas.

Es el inmueble más antiguo y clásico de todos los que albergan a los tribunales del sistema federal de cortes en la Ciudad de Buenos Aires. En el cuarto piso tiene su recinto la Corte Suprema de Justicia. Ubicado en la calle Talcahuano al 500, se accede al Palacio de Tribunales subiendo una extensa escalinata que termina en el hall principal de la planta baja donde está ubicada la imponente Dama de la Justicia. La escultura —obra del artista argentino Rogelio Yrurtia, reconocido internacionalmente por la calidad de sus trabajos— no fue creada especialmente para representar al Poder Judicial de la Nación, sino que es el resultado de una segunda fundición y la estructura original se encuentra en el cementerio de Olivos, partido de Vicente López.

El emplazamiento de la escultura para representar a la Justicia fue una decisión de los integrantes de la Suprema Corte que propuso el Presidente Arturo Frondizi —quien ganó las elecciones de 1958 con el apoyo explícito del peronismo dado que el Partido Peronista estaba proscripto por imperio del Decreto Ley 4161— y que aprobó el Senado Nacional. El 12 mayo de ese mismo año juraron los nuevos integrantes de la Corte Suprema propuestos por del Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado Nacional. Sin embargo también se dio continuidad a la Corte que actuó durante la denominada Revolución Libertadora. Tanto Alfredo Orgaz, designado por Eduardo Lonardi, como Benjamín Villegas Basavilbaso, designado por Pedro Eugenio Aramburu, volvieron a serelegidospor las autoridades constitucionales; los nuevos miembros fueron Aristóbulo Aráoz de Lamadrid, Luis María Boffi Boggero y Julio César Oyhanarte.

La Dama de la Justicia fue instalada en el espacio que correspondía originariamente al busto del General José de San Martín, perteneciente al escultor argentino Luis César Perlotti. Dicha obra fue traslada entonces al Patio de Honor, ubicado en la antesala de la Sala de Audiencias de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

No cabe duda que la reproducción de la obra del gran escultor Rogelio Yrurtia colocada en el pasillo principal del edificio de Talcahuano al 550, a mediados de 1959, no estuvo pensada para simbolizar a la justicia. Según su biógrafos, el escultor presentó una maqueta de la hoy denominada Dama de la Justicia en 1905, que fue conocida como “Equidad” y estuvo basada en una pequeña escultura llamada “Res non verba”. La escultura original fue realizada entre 1936 y 1938 a pedido de Carlos Delcasse, —diputado, intendente de Belgrano y dueño de la famosa “Casa del Ángel”— para su sepulcro en el cementerio de Olivos. En una carta, que se conserva en el museo Casa de Yrurtia de la Ciudad de Buenos Aires, se revela la intención del artista: “la obra de arte que ha de simbolizar la muerte. La justicia inevitable, incorrupta, divina para todo ser viviente.”

Muy posteriormente, nueve años después del fallecimiento del autor, el Gobierno Nacional solicitó la autorización para realizar una réplica destinada al Palacio Justicia. Ambas obras son idénticas porque los discípulos del artista utilizaron los moldes originales para la segunda fundición.

La Justicia de Yrurtia está representada por una mujer joven que está de pie, lleva un reducido casco en forma de diadema y una túnica con pequeños pliegos que caen sobre las sandalias; tiene los brazos extendidos hacia adelante con sus palmas hacia abajo —como si estuviese tomando distancia— y los ojos están cerrados. A los costados del hall, dando contexto a la escultura, pueden verse los coronamientos que representan las Tablas de la Ley sostenidas por figuras humanas. Esta simbología rompe totalmente con las alegorías de la justicia: sus ojos no están vendados y no sostienen ni la espada y ni la balanza, los atributos que la simbolizan en la tradición occidental.

No todos los proyectos del escultor fueron concretados. Entre las obras inconclusas se encuentran las destinadas al Dr. Güemes y al Gral. Urquiza. Pero lo más curioso es que Yrurtia dejó proyectada otra obra que denominó “Estatua de la Justicia” (1938), diseñada el mismo año en el que finalizó la fundición de la que se colocó en la bóveda de su amigo Carlos Delcasse.

La sonámbula no responde

Las diferentes dictaduras militares que supimos transitar y padecer destituyeron y reemplazaron a los miembros de las diferentes cortes de justicia. La democracia recuperada en 1983 sigue manteniendo a la extraña Dama de la Justicia emplazada en los Tribunales, El decir popular suele descubrir aquello que el discurso oficial trata de ocultar. El sobrenombre de “La sonámbula” no es irrelevante ya que el sonambulismo es un importante trastorno del sueño. Los sujetos que lo padecen, ya sean personas o instituciones, desarrollan actividades motoras automáticas, que pueden ser sencillas o complejas, mientras permanecen inconscientes y sin probabilidad de comunicación. Con esta patología se hace casi imposible que se revierta el concepto negativo que tienen los ciudadanos sobre los jueces porque será muy difícil que puedan cumplir con las exigencias propias de sus funciones con celeridad, transparencia e igualdad ante la ley.

Es muy frecuente escuchar que los expedientes duermen en los tribunales, razón por la cual las sentencias llegan muy tarde, y algunas causas, por artilugios de las tramitaciones, no tienen ninguna resolución porque simplemente prescriben por el paso del tiempo.

En febrero de este año se conocieron los resultados de una encuesta realizada por Isonomía y la agrupación Abogados de Pie. Sintetizando sus resultados vemos que el 79 % de los argentinos tiene poco o nada de confianza en la justicia y el 71% no cree en su independencia de del gobierno de turno. Casi nueve de cada diez tienen una imagen negativa de los jueces a quienes les reclaman honestidad, velocidad y transparencia, en los trámites y, muy especialmente, que se cumpla con el precepto de igualdad ante la ley para todos los ciudadanos.

Cada día todos los medios de comunicación informan sobre el desarrollo de la “guerra judicial” utilizando el término inglés lawfare es decir la continuación de la guerra por otros medios. Pero la inmensa mayoría de la gente que no domina el término anglosajón deforma la palabra inglesa y suele utilizar el low fare, que significa “bajo costo” o “tarifa barata”. Es evidente que el sistema judicial argentino está muy devaluado y hacen falta mucho más que oportunismo político y argucias legislativas para resolver los males que se vienen arrastrando desde hace tantos años.

Otra vez la literatura puso la palabra. Fue la escritora y poetisa María Elena Walsh quien, durante la denominada “Revolución Argentina” exhortó a La sonámbula con su “Oración a la justicia” (1971): “Lávanos de sangre y tinta,/ resucita al inocente/ y haz que los muertos entierren/ el expediente. Espanta a las aves negras,/ aniquila a los gusanos/ y que a tus plantas los hombres/ se den la mano. Ilumina al juez dormido,/ apacigua toda guerra/ y hazte reina para siempre/ de nuestra tierra”.

Para finalizar con estas reflexiones solo quedan planteadas dos incógnitas, si la Dama de la Justicia que preside el Palacio de Tribunales carece de sus atributos ¿quién se los apropió? y ¿cómo hacer para restituírselos?

domingo, 5 de julio de 2020

HISTORIA DEL ARTE SOCIAL: LA POBREZA EN EL ARTE, por Marilina Juárez


Las manos de la protesta. Oswaldo Guayasamin.

Por Marilina Juárez



Historia del Arte “La Pobreza”
 “La pobreza” es el tema transversal que se desarrollará en el presente trabajo. El estilo que representa a la pobreza de manera excepcional es el Realismo Social, y surgió como una corriente artística que denunciaba algunas cuestiones que antes no eran trabajadas por los artistas, por ejemplo: la explotación del trabajador urbano y rural, el fin de la servidumbre, la desocupación. En el caso de Rusia, las obras muestran la realidad de la mano de obra campesina. El Realismo Social, surge a fines del siglo XIX, pero sus inicios se pueden rastrear a partir de la Revolución de 1848, en la que un grupo de artistas se congregó en la aldea francesa de Barbizon para observar la naturaleza con “ojos limpios”.



“Filántropos”. Vladimir Makovsky (1874)




Uno de ellos Jean Francois Millet, quien decidió ampliar este programa de paisajes a figuras; se propuso pintar escenas de la vida de los campesinos mostrandolos tal como eran, esto significaba mostrar hombres y mujeres trabajando en el campo . 1 El realismo, intenta generar un compromiso de parte del espectador, despreciando los convencionalismos pictóricos por ser carentes de sentido, ya que concederían que el arte tradicional encontró unos medios de representar al hombre y a los objetos colocados en condiciones muy artificiales.2 Uno de los artistas del Realismo, que refleja la pobreza de una manera brillante es Gustave Courbet ( 1819-1877) quien fuera además uno de los iniciadores del movimiento. Las pinturas de Courbet, resultan esenciales a mi juicio, para reconstruir el tema de la pobreza, porque no busca la belleza sino la verdad. En su cuadro “El encuentro” por ejemplo, se representó a sí mismo de una forma simple como si fuera un vagabundo cargando sus utensilios de pintar a sus espaldas. En sus obras se observa una denuncia a los convencionalismos de su tiempo, constituyendo una protesta hacia la burguesía. Gustave Courbet, es un artista que buscó siempre seguir a su conciencia, generando en sus pinturas imágenes de la vida cotidiana,y de gente común totalmente depuradas de artificialidad.



“La deliberada renuncia de Courbet a los efectos fáciles, así como su resolución de reflejar las cosas tal como las veía, estimuló a muchos otros a reírse de los convencionalismos y a no seguir más que a su conciencia artística” . 3 1 Gombrich, Ernst. La historia del Arte. (P.508) 2 Idem. (P.512) 3 Gombrich, Ernst. La historia del arte. México: Editorial Diana. (P. 511) El arte es una fuente privilegiada en la Reconstrucción Histórica, el Realismo como estilo de finales del siglo XIX, ayuda a comprender el contexto social y económico en el que se enmarcan los artistas de este movimiento. La pobreza como consecuencia de la Revolución Industrial, queda reflejada con una crudeza excepcional en este estilo. También se puede comprender la mirada del inmigrante y la explotación de los trabajadores urbanos y rurales en este periodo histórico. Las obras seleccionadas para el presente trabajo son: “Sin pan y sin trabajo” (1892, óleo s/tela) de Ernesto de la Cárcova, esta pintura refleja la realidad de una familia de obreros, que no tiene con qué alimentar a su hijo. Representa el estilo del Realismo Social por la fidelidad en la textura de algunas partes de la obra, por ejemplo: Los pechos de la mujer, o en el puño cerrado del hombre. La obra aporta, el tema histórico de la pobreza generado como consecuencia de la desocupación en Argentina a principios del siglo XX .Se puede observar a una familia de desocupados con hambre, con lo cual se aprecia la realidad social del obrero argentino en este período.
“Sin pan y sin trabajo” (1892, óleo s/tela) de Ernesto de la Cárcova













 “En Manifestación” (1934 temple sobre arpillera) de Antonio Berni, muestra la vida de los desocupados agrupados para reclamar por sus derechos. Representa el estilo realista porque refleja de manera muy precisa las expresiones de desdicha en las caras de los manifestantes, la obra presenta de manera caricaturizada los rostros, con una exageración pronunciada de los rasgos, hay un manejo fiel de las texturas, en las pieles y en la ropa. La obra aporta al tema histórico del movimiento obrero argentino a principios del siglo XX, porque tiene evidente tono de protesta y denuncia social.
“En Manifestación” (1934 temple sobre arpillera) de Antonio Berni


 “La sopa de los pobres” de Reinaldo Giudici, refleja la desazón de las familias pobres,agrupadas en una comida comunitaria. También la obra intenta mostrar la indigencia en la ciudad. Representa al estilo realista porque muestra las texturas de un modo muy exacto en las maderas, en los muros y hay un manejo preciso en las expresiones de los rostros de los protagonistas. El tema que aborda es la inmigración urbana y las condiciones de vida a las que se vieron sometidas estas familias. “Sin pan y sin trabajo”. (óleo sobre tela, 1892) Ernesto de la Cárcova “ En Manifestación”. (Temple sobre arpillera 1934) Antonio Berni “ La Sopa de los pobres” (óleo sobre tela, 1884). Reinaldo Giúdici. En cuanto a las variables visuales, en la obra “Sin pan y sin trabajo” la línea está bien definida en algunas partes por ejemplo: en la mesa, en el martillo, en la ventana, en la nariz de la mujer, en el sombrero del hombre. Hay presencia de claroscuro en la ventana y entre la piel del pecho de la mujer y la ropa, entre los rostros y el fondo.El valor de la obra es opaco y el tono dramático. Se intenta mostrar el reflejo de la luz entre la ventana y la habitación. Presenta ritmo, porque hay una intención de mirar para afuera como esperando algo, en el hombre fundamentalmente. También hay ritmo en la mirada de la mujer, queriendo decir algo al marido. La obra tiene la intención de mostrar un sentimiento de malestar en el puño apretado del hombre.  La orientación de la pincelada no se percibe en algunas partes, por ejemplo en los rostros, en las manos, en el martillo y en los muebles. En otras partes hay pincelada suelta, por ejemplo en la ropa del bebé,y en la pared. La perspectiva está dada entre el adentro y el afuera de la habitación. Los colores son pasteles, predominan los grises en las paredes y la ropa del hombre, el negro en la ropa de la mujer y el blanco en el fondo, en los rostros y el pecho de la mujer. La obra “En Manifestación”, presenta una línea bien definida. Se observa un predominio en el tamaño de las cabezas humanas, en contraposición con el fondo. También predominan las formas redondas en los rostros. Presenta claroscuro en partes definidas, por ejemplo en el cartel “pan y trabajo”, y entre los rostros y la ropa de los manifestantes. El valor es más bien opaco, paro hay presencia de un azul brillante, en el azul de algunas prendas de los manifestantes. El tono es de protesta. El reflejo de la luz se ve en las caras de los manifestantes que están adelante. Tiene un ritmo muy claro en los rostros de los manifestantes, se nota que están reclamando. La pincelada no se percibe en la mayor parte de la obra. Hay un protagonismo de los colores, azul y amarillo en la ropa, marrones en los rostros, y rojos en el fondo. Tiene perspectiva, hay un adelante, la simetría es vertical y el equilibrio es tanto horizontal como vertical. En la obra “ La sopa de los pobres”,hay en manejo muy exacto de las texturas,




“ La Sopa de los pobres” (óleo sobre tela, 1884). Reinaldo Giúdici

 en las paredes, en los rostros, en la ropa, en el vapor, en la madera de la silla, en la piel del bebé. Presenta claroscuro, entre la pared y la familia sentada, entre el rostro del bebé y la ropa de la madre, entre la camisa del anciano y el pantalón, entre las ollas y la ropa. El valor es opaco, y el tono dramático. Hay reflejo de la luz en la pared de fondo y en los rostros de la familia. Tiene ritmo, en la intención de incorporarse del anciano, en el hombre que lame el plato, en el bebé que se chupa los dedos, en el anciano tomando sopa, y en la mirada de la madre. La pincelada no se percibe, en las maderas, en los rostros, en la ropa, en el vapor, en la pared, pero si está más presente en el fondo, fundamentalmente en el hombre que está cocinando. Hay perspectiva entre la cocina y el afuera, y entre la pared de fondo y la familia. Presenta colores predominantemente blancos y negros en la pared en las ollas en la ropa ,y en los panes, también parece el marrón en la ropa y en los muebles. La pobreza en el arte, está excelentemente expresada en El muralismo Latinoamericano,


“ Criatura Muerta” de Cándido Portinari.
 porque fue una corriente artística nacida a principios del siglo XX, luego de la Revolución Mexicana, que intentó generar en la población una idea de identidad, pero sin olvidarse de incluir a todos los sectores de la sociedad, y eso abarcaba a los pobres. En este contexto histórico , cobró una importancia vital la figura de José Vasconcelos, que formó parte de la intelectualidad mexicana y fue nombrado ministro de educación por Álvaro Obregón en 1920. Con el fin del Porfiriato y el inicio de la Revolución Mexicana, la clase dominante buscaba resolver uno de los principales problemas del país: la conformación del Estado/Nación y de la identidad nacional en el que se incluyera a la mayoría de la población, esto incluía al sector rural, como mecanismo de cohesión de la política posrevolucionaria. En este proyecto Vasconcelos jugó un rol fundamental al “otorgarle una dimensión filosófica, histórica y antropológica al problema de la heterogeneidad étnica, mediante la incorporación de los pueblos indígenas a la vida civilizada, haciéndolos mestizos”.4 Los muralistas, proponen un arte público monumental, que expresa un fuerte compromiso social que tanto Rivera como Siqueiros (artistas convocados por Vasconcelos) pretendían encarnar en sus obras. La apertura impulsada por el Estado, dió el marco institucional para la elaboración del proyecto muralista mexicano. En este contexto la publicación de el Manifiesto 1923, en el que llaman a 5 crear un arte público monumental de educación y de combate resulta esclarecedor: “Repudiamos la pintura de caballete, y todo arte de cenáculo ultra intelectual por aristocrático y exaltamos las manifestaciones de arte monumental por ser de utilidad pública. Proclamamos que toda manifestación estética ajena o contraria al sentimiento popular es burguesa y debe desaparecer porque contribuye a pervertir el gusto de nuestra raza, ya casi completamente pervertido en las ciudades.”6 El muralismo refleja la pobreza y la explotación de los trabajadores de una manera nítida generando una verdadera conciencia de la realidad latinoamericana, y también un fuerte compromiso de parte del espectador. Su objetivo es crear una idea de conciencia nacional, incluyendo a todos los sectores sociales. En Europa, el tema de la pobreza en el arte comienza a percibirse en el estilo Barroco del siglo XVII. Específicamente en España, el Barroco tiene una idiosincrasia particular, porque la Contrarreforma va a ser un hito fundamental en la gestación del Barroco, y va a incidir decisivamente en el mundo del arte, donde el repertorio iconográfico vinculado a la iglesia católica y la actitud devocional serían una temática recurrente en las obras.7 El llamado Siglo de Oro en España coincide con una profunda crisis económica, social e ideológica que atraviesa todo el siglo XVII.

"Niño expulgándose", çoleo sobre tela, Bartolomé Murillo (1618-1682)


En este contexto histórico marcado por la crisis religiosa derivada de la Reforma Protestante, emerge la figura de Bartolomé Murillo (1618-1682), quien se destacó por sus escenas de género y costumbristas con niños que viven su pobreza con alegría. El estilo Barroco, es importante porque comienza a mostrar escenas de la vida cotidiana, fundamentalmente en la segunda mitad del siglo XVII, pre anunciando la presencia 4 Arreola Martinez, Betzabe.(P. 4) 5 Mandel, Claudia. 2007. (P.41) 6 Mandel, Claudia. Muralismo Mexicano: arte público/identidad/memoria colectiva. Revista Escena. 30(61). 37-54, 2007. (P. 41) 7 Anguita Herrador, Rosario 2004. (P. 19) de un sector social antes ignorado, (campesinos, mendigos etc.) se puede inferir un quiebre en la actitud hegemónica de los sectores dominantes con respecto a los temas a tratar en las artes plásticas. A principios de siglo XX, se produce en Europa un hecho crucial en la historia que fue la Revolución Rusa de 1917, esto significó un impacto en la nueva situación política y social de occidente. El comunismo instalado posrevolución, tuvo una marcada incidencia en el arte ruso. En este contexto histórico surgió el Realismo Socialista, que fue una corriente artística, cuya intención era: por un lado difundir la doctrina del Estado Comunista, a través de la imagen del “héroe” patriótico, y por el otro retratar al campesinado, al trabajador de fábrica y de granjas colectivas de un modo alegre y con una musculatura exagerada. Para los soviéticos, resaltar las tradiciones no resulta una cuestión esencial, sino más bien destacar las demandas del día y desarrollar las inquietudes estéticas del pueblo, en las condiciones que surgieron en la sociedad socialista.8 La pobreza en este estilo se muestra como una consecuencia de la explotación burguesa, por eso es importante para la reconstrucción histórica de la conformación social de la Unión Soviética, en este período. Esta corriente estética se expandió hacia la República Popular China, Latinoamérica y los países socialistas. Las obras del Muralismo Latinoamericano que han sido seleccionadas para desarrollar el concepto de la pobreza son : “La manos de la protesta” perteneciente a la serie “Las manos”, del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, y “ Criatura Muerta” del artista brasileño Cándido Portinari. La obra “Las manos de la protesta”, fue seleccionada para el análisis, porque evoca a una persona que expresa bronca e ira en sus manos, en un claro gesto de tensión, y en su boca de la cual se puede vislumbrar un grito. Podría expresar la manifestación de algún tipo de injusticia social, ya que no se observa que sea un persona perteneciente a una clase social alta por la delgadez de su cuerpo. En “ Criatura Muerta” de Portinari, se puede apreciar claramente el dolor, y el hambre, sobre todo en la delgadez extrema del bebé y los niños. El dolor está presente en las lágrimas , en la postura de la madre y en el gesto de las caras. La obra expresa el drama de las familias que viven en la zona noreste (el sertao), una región semiárida en donde prevalece la miseria, en donde los pobladores deben migrar en busca de tierra más fértiles. Las obras del Barroco Español que han sido seleccionadas con el fin de reconstruir el concepto de la pobreza, son: “Niño Espulgándose” y “Niños jugando a los dados” de Bartolomé Murillo. 8 Kurz Muñoz, Juan Alberto. 1991. (P.28) La obra “ Niño espulgándose”, refleja a un niño pobre sacando pulgas de su cuerpo, lo cual evoca las condiciones de insalubridad a las cuales estaban expuestos los miembros de los estratos sociales bajos, especialmente los niños. En “Niños jugando a los dados”, evoca un juego improvisado entre tres niños pobres, y apela la inocencia con que se vive la pobreza, especialmente reflejada en la mirada de los protagonistas. Las ropas sucias y los zapatos rotos, también muestran las condiciones de vida de los sectores más bajos en la sociedad. Ambas obras, reflejan una escena de la vida cotidiana de los pobres, pero con un sentido de alegría, ya que no se aprecia tristeza en los rostros, sino más bien un aire de inocencia impregna estas pinturas. Las obras del Realismo Socialista, que expresan la pobreza como herramienta para la reconstrucción histórica del periodo socialista en Rusia son: “Filántropos” de Vladimir Makovsky y “Maíz” de Tatyana Yablonskaya”. La obra “Filántropos”, refleja la vida de un familia rusa pobre que es asistida por un matrimonio perteneciente a la burguesía, indica una denuncia social sobre la humillación de los sectores más bajos de la sociedad por los más altos. En la obra también se aprecia la contradicción entre la vida burguesa y los pobres. En “ Maíz” se describe una escena de trabajo, pero no hay rastro de dureza; al contrario, el trabajo parece alegre. Hay un aire de comunidad cálida entre las mujeres trabajadoras. “

 Conclusión
 El arte es una herramienta esencial para la reconstrucción histórica, porque el hombre siempre se ha expresado. A través del arte se puede apreciar el sentir del artista, su intención, el paradigma de pensamiento en el cual está inmersa la obra, y el contexto social y económico que la rodea. El presente trabajo indaga el problema de la jerarquización social en el arte, y dentro de este eje se analiza el tema de la pobreza. El Barroco Español del siglo XVII, comienza a revelar escenas de la vida cotidiana, en este estilo se destaca la obra de Bartolomé Murillo, que pinta no solo a miembros de la corte, sino también a niños pobres. Si bien la obra de Murillo es innovadora para la época, sus pinturas reflejan una pobreza vivida con alegría, con lo cual no hay un tono de denuncia social. El Realismo Social, es el estilo que representa una verdadera ruptura en el arte, porque aparte de reflejar escenas de la vida cotidiana de los sectores pobres, también tiene un claro sentido de protesta en contra de los convencionalismos de la pintura tradicional. Al realismo solo le preocupa mostrar la verdad, no la belleza. Los artistas de este estilo abandonaron las escenas artificiales creadas en un estudio, y salieron a observar la naturaleza tal como era ante sus ojos. La pobreza ya no es vivida con alegría en sus pinturas, la intención es denunciar las verdaderas condiciones de vida de los pobres, con un claro tono de denuncia. Por ejemplo en: Sin pan y sin trabajo” de Ernesto de la Cárcova, se puede ver el drama de los desocupados. El problema de la inmigración y el proletariado como consecuencia de la II Revolución Industrial impactó en el arte, que se expresó en diversos artistas argentinos, entre ellos se destacaron Berni, Giudice y De la Cárcova. De este modo sus pinturas fueron una “voz” de protesta para los sectores marginales. La realidad latinoamericana también halló su forma de manifestación en el Muralismo. Esta corriente artística surgida en México luego de la Revolución de principios del siglo XX, estuvo impulsada por Vasconcelos, que intentó crear un sentido de identidad nacional en el pueblo mexicano. Los muralistas como Rivera, Siqueiros y Orozco, abandonaron la pintura de caballete y se dedicaron a transformar grandes murales públicos en obras de arte. Este movimiento fue verdaderamente rupturista e innovador, por su fuerte tono de denuncia social. El Muralismo se vio también influenciado por el contexto histórico latinoamericano, en el cual se conforman definitivamente los Estados Nacionales, la pobreza y el campesinado fueron incluidos en el ideario nacional. El muralismo no silenció a la pobreza, ni a los sectores marginales, por eso resulta un estilo artístico esencial para comprender la realidad latinoamericana de principios de siglo XX. El Realismo Socialista, ayudó a reconstruir cómo era la vida del campesinado y los sectores pobres en la Unión Soviética. Si bien tiene un fuerte carácter propagandístico, es importante su estudio, porque ayuda a comprender cómo era vivida la Revolución Bolchevique entre los sectores bajos de la sociedad, y la importancia que el Estado le dió al arte como medio de legitimación. El hombre es un ser social, los sectores subalternos encontraron su voz en el arte, la pobreza pudo ser comprendida gracias a las obras artísticas que dieron luz a los historiadores sobre los problemas sociales