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domingo, 5 de julio de 2020

Los Comandos Civiles, los primeros grupos guerrilleros, por Aldo Duzdevich




La semana pasada publique la nota “De Comando Civil antiperonista a militante montonero”.  Sabía que tratándose de  un tema poco investigado y difundido iban a quedar muchos cabos sueltos que no se resuelven en una pagina y media. Así que le propuse a mi editora, hacerlo en varias notas, arrancando por el principio. 

por Aldo Duzdevich

Los Comandos Civiles, los primeros grupos guerrilleros
El primer paradigma a desmontar es un  concepto escuchado muchas veces: “los comandos civiles son el antecedente directo de la Triple A y las patotas desaparecedoras del proceso”.
La realidad es que, por su cultura organizativa, y su composición etaria-social, los Comandos Civiles -excluyendo el aspecto ideológico- fueron casi, el antecedente directo de las organizaciones guerrilleras de los setenta. Su modelo eran los “maquis” , la guerrilla urbana francesa que combatió  la ocupación nazi; y estaban convencidos, de que Peron, era el emulo de Hitler, en América.  Incluso los diarios en sus crónicas hablaban de “los maquis”. Rendían culto a la muerte en combate. Reclamaban para si, la gloria del : “nosotros pusimos los huevos, los presos y los muertos”.  Se consideraban la “vanguardia de la revolución” porque tenían que empujar al ejercito a sublevarse.  Su predica política dentro de las fuerzas armadas fue importante. Y aunque hubo muchos otros elementos externos intervinientes, el ejercito se quebró, y en Cordoba las “milicias maquis” combatieron junto al ejercito sublevado. Y seguramente, muchos de esos jovencitos, superaron en temeridad a los cuadros regulares del ejercito y la aeronáutica.
La diferencia principal (ademas de las ideológicas , obvio)  sería que los Comandos Civiles (CC), casi siempre estaban “apadrinados” o tenían lazos con algunos militares antiperonistas, que les proveían armas, explosivos e instrucción militar. Vale aclarar que años después,  algunos militares peronistas (Iñiguez, Alberte y otros menos conocidos)  también colaboraron con las organizaciones armadas de los setenta.  Pero bueno, por ahora dejemos allí las comparaciones.
Los CC se nutrieron de los partidos y sectores que conformaban el amplio abanico del antiperonismo: radicales, conservadores, demoprogresistas, demócratas cristianos, socialistas, intelectuales de izquierda,  nacionalistas católicos y grupos juveniles católicos. Su extracción social principal era la clase alta, la clase media, y el estudiantado universitario. Su organización comienza a fines de 1954, pero el grueso de los grupos van a estar realmente activos, de junio a septiembre de 1955.
 Tenían una composición celular clandestina con un responsable cada 10 o 20 militantes, usaban nombres falsos, sistemas de citas, casas operativas, imprentas clandestinas, recibían instrucción en manejo de armas, explosivos, e intercepción  de comunicaciones y respondían a comandos centralizados por ciudad.
Su actividad principal fueron las campañas de panfletismo. Imprimían miles de volantes en mimeografos e imprentas clandestinas que  distribuían en mano a través de redes militantes. A partir de junio del 55, cuando el enfrentamiento Iglesia-Gobierno se hace mas abierto los militantes de los CC,  se organizan para custodiar los templos y ser fuerza de choque en manifestaciones. Algunos comandos realizan atentados a Unidades Basicas y locales sindicales. En Buenos Aires producen al menos una docena de atentados contra policías de custodia en templos y escuelas, con un saldo de tres policías asesinados.
Sindicados como jefes de los comandos de Buenos Aires figuraban: el capitan Walter Viader, el Ing. Carlos Burundarena,Juan Francisco Guevara, Renato Benzacon, Dario Hermida, Adolfo Sanchez Zinny, Edgardo Garcia Pulo, Francisco Olmedo y Raul Puigbo. Otros participantes fueron: Francisco Trusso, Mariano Grondona, Mariano Castex, David Michel Torino, Emilio De Vedia y Mitre, Augusto Rodriguez Larreta, Mario De las Carreras, Emilio Posse, Eduardo Madero Lanusse, Reinaldo Tettamanti, Alejandro Astiz, Roberto Etchepareborda, Menendez Behety, Rodolfo Urtubey, Luis Maria Pueyrredon.
El 16 de septiembre de 1955 cuando se inicia la sublevación militar contra Peron,  los CC de Buenos Aires realizan acciones de sabotaje en once plantas trasmisoras de radio. En Cordoba epicentro de la sublevación militar, hay una participación masiva de Comandos Civiles en los enfrentamientos contra policía y tropas leales. Se habla  de 1500 a 3500  jóvenes armados en las calles, acompañando a los militares sublevados.  Rafael Capellupo en su libro, menciona como jefes de los CC en Cordoba a : Eduardo Arenas Nievas, Jorge Landaburu, Horacio Martinez, Pedro Knutty, Clemente Villada Achaval, Damián Fernández Astrada, Alfredo Malbran y Gustavo Aliaga.
Previo a 1955, algunos grupos mas pequeños, realizaron varios intentos de asesinar a Peron y un atentado terrorista muy grave en 1953.

Conspiraciones y atentados previos a 1955
Ya en 1946,  dirigentes de la Sociedad Rural y del radicalismo de Corrientes,  planificaron un atentado contra la vida de Peron en ocasión de su visita a esa provincia, que fue abortado.
 En enero de 1952 la policía, desbarató un complot liderado  coronel (R) José Francisco Suárez quien planeaba atacar con camiones blindados la residencia presidencial de Libertador y Tagle.
 El 15 de abril de 1953  tuvo lugar el primer atentado terrorista contra población civil, que se recuerde antes de la Embajada y AMIA. Un grupo de activistas de la FUBA  integrado por  Arturo Mathov, Roque Carranza, Carlos Alberto González Dogliotti, y los hermanos Alberto y Ernesto Lanusse, apoyados por el capitán Eduardo Thölke (quien proveyó explosivos) hicieron estallar dos bombas en medio de una concentración en Plaza de Mayo provocando 6 muertos y 90 heridos, entre ellos 19 mutilados. Vale aclarar que, el mas grave atentado contra población indefensa, fue el bombardeo a Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955, que dejo 400 muertos, y centenares de heridos, pero a diferencia del anterior, este acto criminal fue organizado y ejecutado por fuerzas regulares de la aviación naval.
Entre el 16 y 17  de octubre de 1953 fueron detenidos Mariano N. Castex, Hernán E. Blackley, Gastón García Miramon, Raúl A. Jorsiomo, Lorenzo Blanco, Emilio Allende Posse  e Isidoro Martínez Castro, logrando fugarse Diego Muñiz Barreto. Inspirados en la “operación Antropoide “ de la ejecución del jerarca nazi  Heydrich en Praga, planificaban matar a Peron con un jeep cargado de explosivos. Por la edad de los participantes la prensa la bautizó “operación bebe”. (Ver mi nota en Infobae "General, yo intenté matarlo… no sé si se acuerda") .
Los comandos de Septimio Walsh
El Hermano Marista Septimio Walsh era primo de  Carlos y Rodolfo Walsh .El  Capitán de Navio Carlos Walsh, participó como aviador en el combate contra las tropas leales.  Rodolfo  Walsh  desde las paginas de la revista Leoplan, también apoyó el  golpe contra Perón.
Florencio Jose Arnaudo, escribió “El año en que quemaron las iglesias” . Un relato de tono épico,  sobre su participación en los Comandos Civiles. Transcribo algunos párrafos de su libro  que pintan el tono de época: “Nos encontramos en el café Paulista de Corrientes y Pueyrredon. Creo que eramos seis, todos solteros, universitarios, y la mayoría ex compañeros de Acción Católica. (…) Juntamos dos mesas en un punto aislado del resto. Comenzábamos a tomar las primeras precauciones. Quizás lo hacíamos para sentirnos mas importantes. No dejaba de tener su encanto eso de ser señalados por Perón como enemigos de un régimen al que se calificaba de dictatorial”.
Luego de la clausura del diario católico “El Pueblo” (en enero del 55),  el grupo de  Arnaudo se lanzo de lleno a lo que se conoció como el “Panfletismo”. Lo relata así: “Llegamos a la conclusión que era necesario iniciar un campaña de volantes clandestinos, después de la clausura de El Pueblo no nos quedaba otra forma de hacer conocer la verdad. Había que conseguir varios mimeógrafos para imprimir el mayor número de ejemplares”.  Se le dio forma de hoja periódica y se le puso el nombre  “Verdad” .De la redacción se encargaban Emilio Mignone, Horacio Storni y Jose Miguens. De la impresión : “se había ocupado quien llegaría a ser el panfletista máximo, el rey del mimeógrafo clandestino: el hermano Septimio Walsh.”  Agrega que “tuvo destacadísima actuación en la campaña panfletista y en la coordinación de los comandos civiles católicos, cuya conducción asumió espontáneamente”.
En un reportaje en el año 2005 Jose Arnaudo confeso a Clarín: "Yo pensaba que si mataba a Perón, igual me iba al cielo. Según la teoría del magnicidio, de Santo Tomás de Aquino, estábamos dispuestos al tiranicidio y liquidar a Perón". Debo confesar que no me escandaliza la cita. En 1970 la misma teoría de Santo Tomas,  la pusieron en practica Fernando Abal Medina y Mario Firmenich al fusilar a Pedro Eugenio Aramburu.
Queda para una próxima nota, los comandos católicos cordobeses del padre Quinto Carnelutti, cuya mano derecha era el padre Enrique Angelleli.
Cierro con una estrofa de la “Marcha de la Libertad” grabada en el sótano de la Iglesia Nuestra Señora del Socorro: “Y si la muerte quiebra tu vida, al frio de una madrugada, perdurara tu nombre, entre los héroes de la patria amada”

Aldo Duzdevich
Autor de “La Lealtad-Los montoneros que se quedaron con Peron” y “Salvados por Francisco”

jueves, 18 de junio de 2020

DE COMANDO CIVIL A MONTONEROS, por Aldo Duzdevich.



Por Aldo Duzdevich 


Mesa de café de viejos militantes setentistas, recurrentemente hablando de historias. Alguien inicia una frase en tono de confesión: “bueno...yo en el 55...estuve con los comandos civiles”. 
Para mi no es sorpresa la confesión, desde hace tiempo rastreo ese peregrinaje. Sobre todo en militantes que provienen de la raíz católica. Desde que leí el libro de Florencio José Arnaudo (1), sobre  los Comandos Civiles, quede impresionado por las similitud de vivencias de aquellos muchachos y la de los jóvenes católicos de clase media  que en los
setenta nos iríamos a vincular con la lucha armada. 
En otras notas he contado la historia de Diego Muniz Barreto, un niño bien, jefe de comandos civiles, que destruyo con una bomba la Escuela Superior Peronista y terminó siendo diputado por la JP-Montoneros en 1973. De Mariano Castex compinche de Diego en el intento de matar a Peron en 1953 . Y la de otros jóvenes antiperonistas que terminaron siendo conocidos militantes en los 70 como: Rodolfo Walsh, Rodolfo Ortega Peña, Eduardo Duhalde, Carlos Mugica, Augusto Conte Mac Donnel, Luis B Cerruti Costa, Conrado Eggers Lan, Emilo Mignone, Norma Kennedy, Carlos Corach, etc.. Y la repetición de apellidos de comandos civiles y montoneros; Landaburu, Nogueira, Bourdieu; Botto; Casares; Cullen; Van Gelderen; y por supuesto Bullrich Pueyrredon.
Gustavo quien ya pisa los 80 años, previo asegurarle no divulgar su nombre, accedió a contarme su historia: “Pertenezco
 al circulo de familias ricas o de la oligarquía de los años 40. Me forme con los jesuitas. Me mandaron pupilo al Inmaculada de Santa Fe, donde en los 60 estuvo de profesor Jorge Bergoglio. Un colegio fundado en 1610 por los jesuitas, con muchísima tradición. Recuerdo que en mi época, en las fechas patrias, los del Inmaculada desfilábamos de saco azul y mauser al hombro. Si bien eramos chicos de la oligarquía, los curas nos llevaban a los hospitales y a las villas a ayudar a la gente. Recuerdo una villa que se llamaba “el Piquete”. Por supuesto  el ambiente del colegio era muy antiperonista”. 
Así como en 1955 el Inmaculada irradio Comandos Civiles, amediados de los 70 las familias “bien” dejaron de mandar sus hijos al “Inmaculada” por considerarlo “cuna de montoneros”. Al menos 15 importantes cuadros montoneros pasaron por sus aulas, entre ellos los hermanos Molina Benuzzi, Juan Carlos Soratti,Carlos Laluff  y  Luis Roberto Mayol.  
“ Cuando ingrese a la facultad todos mis amigos eran antiperonistas –sigue relatando Gustavo- eramos los pibes de la oligarquía, todo nuestro ambiente familiar y social era muy anti peronista. Peron era sinónimo de todo lo malo, era ladrón, dictador...había miedo que nos expropien los campos. Había que sacarlos. Era un Boca-River, sin demasiados análisis políticos. Nosotros eramos los buenos y ellos -los peronistas- eran los malos.”
Una de las primeras cosas que hicimos fue ir a proteger la Iglesia de San Nicolás de Bari, pusimos las mangueras de incendio en las ventanas para repeler un supuesto ataque. Después el obispo nos saco cagando...”. “También recuerdo que el día del bombardeo el 16 de junio, nos juntamos en una esquina cerca de Plaza de Mayo, con brazaletes blancos; no sabíamos bien que iba a pasar, pero como a las 11 de la mañana nos dieron orden de desconcentrarnos”.
Los días después del golpe me toco acompañar a Gendarmería en el allanamiento a un sindicalista en el conurbano, recuerdo como lloraba la mujer. Otra vez durante una huelga de colectiveros, fuimos movilizados a manejar colectivos, íbamos de a dos, armados con pistolas 45.”
Esas son las cosas que recuerdo de mi paso por los comandos civiles, yo tenía 19 años, como te cuento no tenía mucha conciencia política de lo que pasaba, era mas bien una cuestión de pertenencia a una clase, y al grupo de amistades donde me movía”.
Seguí mis estudios, me recibí y me dedique a trabajar en mi profesión. Tal vez por la frustración que significó todo lo que siguió a la revolución libertadora, yo, como muchos otros jóvenes fuimos modificando nuestra visión de la realidad. No fue un acto individual, varios amigos míos fueron evolucionando en su manera de pensar y entender la historia y la política. En mi caso personal por mi profesión tenía mucho contacto con obreros. Comencé a  descubrir  la realidad de la gente humilde y trabajadora; las dificultades para sostener sus familias, los dramas que muchos vivían.  Aquella enseñanza cristiana, de "ponerse en el lugar del otro", que me inculcaron en mi adolescencia los jesuitas del Inmaculada, me hizo reflexionar y discernir nuevos rumbos en mi forma de pensar y actuar. Después de 1966 me acerque nuevamente a la universidad, donde ya había muchos vientos de cambio. Era un espacio donde se debatían las nuevas ideas. En esas charlas fui descubriendo otra forma de ver el peronismo. Luego alguien me conectó con el padre Carlos Mugica. Comencé a ir a la Villa 31. Y allí ya me  vinculé  con compañeros militantes del peronismo, y algunos que estaban en la lucha armada. Tiempo después me integre  a Montoneros. Por mi profesión, tuve a cargo algunas tareas clandestinas muy importantes. Pero, en el año 75 ya tenía muchas diferencias y varios compañeros míos dejaron la organización por diferencias políticas. Yo, decidí mudarme al interior y recomenzar una nueva vida alejado de la militancia. Y aquí estoy….”
En esta historia breve y simple se esconde todo un trasfondo histórico, que todavía no ha sido puesto en debate, como tantos otros temas de nuestro doloroso pasado reciente.
No soy amigo de los juicios apresurados, de las versiones cerradas y de las conclusiones fáciles. Solamente tomar como enseñanza que la historia no es lineal, ni mucho menos binaria. Que la versión de un mundo dividido en bandos de buenos y malos, solo sirve para explicarle a los niños las películas de piratas. Pero, en política suele suceder, que los “malos” de ayer, son los “buenos” de mañana y viceversa. Y segundo, que cada hecho histórico hay que analizarlo con la hermenéutica de la época, meterlo en el contexto en el que se desarrolló. 
Solo así,  revisar la historia nos servirá para aprender, y no repetir los errores y desencuentros del pasado. 

(1) Florencio Jose Arnaudo es el anciano que da testimonio (gorila) en la pelicula “Cristo Vence” recientemente emitida por la TV Publica. 

Aldo Duzdevich
Autor de “La Lealtad-Los montoneros que se quedaron con Peron” y “Salvados por Francisco”