Por Javier Garin (escritor, historiador, abogado)
Un balotaje no lo deciden los convencidos de uno u otro candidato, sino los que no votaron por ninguno de ellos en la primera vuelta.
Así que, si estas en este último caso, sos vos quien va a decidir la elección.
Sería un gran error que votes sólo por bronca, que la bronca obnubile tu razón. Siempre que nos dejamos llevar por el enojo cometemos errores. Como personas y como pueblo. Y siempre nos terminamos arrepintiendo, pero después es tarde. El daño ya está hecho.
Estas enojado/a con justos motivos por la economía. Pero lo que no te dicen los medios es que este año fue el más difícil: se combinaron los vencimientos de la deuda externa que contrajo Macri y la pérdida de divisas ocasionada por una sequía tremenda, la mayor de la historia argentina. Ambos factores –vencimientos y sequía- arrebataron al país casi la tercera parte de sus ingresos y nos vaciaron de divisas.
Tampoco te dicen que ahora viene la RECUPERACION. El “efecto rebote”.
En 2024 habrá una COSECHA RECORD, y un RECORD DE EXPORTACIONES. Además de los provenientes del complejo agroexportador, habrá ingresos adicionales por Vaca Muerta y la puesta en marcha del nuevo gasoducto y pasaremos a ser exportadores netos de energía.
El ciclo económico y las inversiones de infraestructura que se hicieron en los últimos tiempos llevarán a un boom exportador. Y la situación tuya, mía y de todos los argentinos el año que viene será mejor, porque no tendremos las restricciones que padecimos este año, y se podrá estabilizar gradualmente la economía.
¿Se podría haber recortado gastos para reducir el déficit fiscal y paliar la depreciación de la moneda? Sí. Pero eso tiene una consecuencia. Produce una mayor caída del salario, el consumo se desploma, la actividad económica disminuye, cierran empresas y se pierden puestos de trabajo.
Massa, con todos los defectos que vos le quieras encontrar, privilegió mantener la actividad económica en vez de hacer recortes que podían dejar gente en la calle.
Por tanto, no es momento de bronca sino de esperanza. Porque la situación del país será objetivamente mejor el año próximo. LO PEOR YA PASÓ.
No votes por bronca o desesperación porque corrés el riesgo de malograr esas esperanzas de recuperación votando a alguien como Milei, que no sólo es visiblemente desequilibrado sino también un fundamentalista del mercado, profundamente dogmático, fervoroso adherente de fórmulas extremas leidas en libros de economistas ultraliberales, que no se aplicaron en ninguna parte del mundo.
Milei dice que los países que practican la libertad son ricos y poderosos. Pero miente. Ninguna de las principales potencias del mundo aplica las ideas extremistas de “libertad” económica que él defiende. Todas tienen Estados fuertes, regulaciones, e implementan medidas proteccionistas cuando hace falta. Sólo son “libremercadistas” a la hora de vendernos sus productos a nosotros.
Las ideas económicas de Milei ya se experimentaron en Argentina durante la dictadura militar y hundieron al país en la miseria. Fue bajo Martínez de Hoz. Allí comenzó la verdadera decadencia argentina, bajo la dictadura que Milei y Villarruel no repudian. Sus posturas no son raras: los economistas que sigue Milei eran amigos de las dictaduras: Milton Friedman asesoró a Pinochet en Chile y Alberto Benegas Lynch (hijo) era un entusiasta partidario del Proceso militar argentino porque -según él- combatía “el comunismo”.
No es necesario que te guste Massa, ni que le creas, ni que renuncies a tus convicciones o te vuelvas peronista. Pero meditá si querés eso que hay enfrente.
Nadie cuestiona tu derecho a criticar ni tus razones para el enojo. La pregunta es si, por enojo, vas a permitir que prosperen las horrorosas propuestas de:
- venta de niños, órganos y armas;
-cierre de parques nacionales y empresas del Estado;
- eliminación de las indemnizaciones por despido y vacaciones pagas;
-libertad para contaminar ríos y mares;
-negación del Terrorismo de Estado y del Cambio Climático;
-renuncia a los reclamos soberanos en Malvinas;
-privatización educativa;
-Etc.
No es una campaña del miedo. Es lo que Milei propuso. Lo dijo muchas veces en programas periodísticos y consta en sus propuestas programáticas presentadas ante la Justicia Electoral.
Tiene una visión economicista y dogmática que le lleva a afirmar que el Mercado todo lo soluciona y que el Estado debe desaparecer o reducirse al mínimo.
Recuerdo cuando en 1983 Alfonsín, en la campaña que lo llevó a la Presidencia, combatía las ideas ultraliberales de los Benegas Lynch. Explicaba muy bien que esas ideas (que no son nuevas sino viejísimas) significan "dar libertad al zorro en el gallinero". El zorro es el poder económico, las multinacionales, las gallinas somos todos nosotros. La libertad que quieren es la de poder comer a las gallinas sin que el Estado se lo impida.
Es dentro del esta lógica que Milei defiende la venta de órganos, niños y armas. Si todo es un mercado, ¿por qué no dejar que el Mercado fije el precio de los órganos y de los niños? Pero ni los órganos ni los niños son mercancía y en todas partes este tráfico es perseguido como delito.
De la misma manera, Milei, fundamentalista del Mercado, ha dicho que si una empresa quiere contaminar los ríos hay que dejarla, el Estado no tiene que meterse en la actividad económica.
Es la misma postura de Bolsonaro respecto de la selva amazónica: hay que dar libertad a las empresas para que deforesten y arrasen con el pulmón del planeta, aunque tenga consecuencias desastrosas para el mundo, pues no tiene dueño.
Por eso se oponen a la Agenda 2030 de la ONU de desarrollo sostenible. Esta "nueva derecha” quiere libertad total para arrasar con todo.
Por eso también quieren desregular las relaciones laborales. Quieren ocultarte que, si sos trabajador en relación de dependencia, perderás las indemnizaciones por despido y las vacaciones pagas. Te vas a enterar de eso cuando lo padezcas.
Milei niega la brecha salarial entre mujeres y hombres. Pero, si sos mujer, sabes muy bien que esa brecha existe, que no es ningún invento.
Milei se enoja porque los científicos y artistas apoyan a Massa y lo atribuye a la campaña del miedo, pero resulta que no es una “campaña”: él fue quien propuso cerrar el Conicet y el Instituto Nacional del Cine.
Tambien vive denostando a los Parques Nacionales, que defienden nuestra soberanía y biodiversidad, y parece ignorar que el creador del sistema de Parques Nacionales fue el Perito Moreno, un hombre que perteneció al gobierno de Julio Argentino Roca, presidente que él mismo dice admirar. Roca defendía al Estado, contrariamente a Milei.
Aunque Malvinas es una causa nacional para todos y su defensa está consagrada en la Constitucion, él piensa que hay que consultar a los kelpers, como sostiene Inglaterra, y alaba a Margareth Tatcher, la mujer que dio la orden criminal de hundir el Crucero General Belgrano fuera de la zona de exclusión militar, provocando la muerte de 323 soldados argentinos. Compara esta acción criminal con los goles de Cruyff...
Algunos saben que las propuestas de Milei son indefendibles, inviables e injustas, pero piensan: “no las va a poder llevar adelante, va a ser contenido y refrenado por sus aliados”.
Sin embargo, la experiencia histórica demuestra que quienes tienen propuestas desligadas de la realidad y/o trastornos de personalidad no pueden ser controlados fácilmente una vez que llegan al poder. Salvando las distancias, nadie pudo controlar a Calígula en Roma, quien hablaba con los equinos y designó cónsul a su caballo. Franz Von Papen, el político alemán que facilitó el ascenso de Hitler sosteniendo que él lo iba a controlar, fracasó estruendosamente en el intento. Los ejemplos pueden parecer excesivos, pero demuestran que no tiene sentido elevar al poder a una persona desequilibrada confiando en que se la podrá controlar después.
Por eso, no te dejes llevar por la bronca. Votá usando la razón. No se trata de que apoyes a Massa, que no te gusta y no lo hubieras elegido, sino de evitar los daños y nefastas propuestas de un personaje desequilibrado, de pésimas ideas.
No hay que tirar todo por la ventana ni pegarse un tiro en el pie.
Javier Garin.
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